HAY QUE MIRAR ABAJO... PARA LLEGAR ARRIBA
¡Maldita sea! tantos estudios (E.G.B, B.U.P, C.O.U, Licenciatura, Doctorado, D.E.A, etc...) para que al final llegue una peluquera y me líe...... ¡MECHAS! Me he hecho MECHAS. Yo, que cuando fui modelo de peluquería -otra historia de humillación de las mías que merece espacio-link propio- me prometí cual Escarlata O´Hara en Tara que no lo volvería a hacer, y ya ves...
Los pequeños, los de abajo, tienen el poder. Nos creemos grandes ídolos cuando estamos arriba, pero tenemos los pies de barro. Baste el ejemplo de los "buenos" consejos -y nada interesados- de la peluquera, y lo que me pasó el otro día en el "insti". Mucha profesora de lengua y literatura, sí, pero si el conserje no me hace bien las fotocopias, caen al suelo mis títulos, mis tesis, mi credibilidad y mis pelos (sin mechas, por entonces).
Así es, amig@s, por eso hace tiempo que decidí "camelarme" antes a conserjes, ujieres y bedeles que a directores o jefes de estudios. Llevarse bien con los primeros es necesario todos los días, con los otros sólo de vez en cuando. Claro que la teoría alguna vez falla, como con "La fiera de mi niña" que teníamos por conserje el año pasado: hoy me llevo bien contigo y ... ¡te toco el culo!; hoy no te soporto, y te mando a tomar por ...
En fin, lo dicho: pies de barro.
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