UNA SUPER-MODELO ... DE ANDAR POR CASA
Cuando entró, su pelo no se ondeó suavemente al viento, ni su sonrisa resultaba de un blanco resplandor, tampoco iba vestida con glamour de los años ¿noventa?. Lo cierto es que me pareció de lo más normal y cotidiana, sobre todo, cuando ella misma se agachó para comprobar la calidad y el precio de los productos.
Esto no es Aquí hay tomate, pero os diré que Bimba y ahí se delató su condición de super-modelo, no top-model que es una horterada americana- me preguntó si todo llevaba crema, después, ante la inexistencia de productos integrales, se decidió por un paquete de hojaldritos, que seguramente- se comería minutos después. Y, como cualquier hijo de vecino sobre todo, los que pasan por aquí- rebuscó hasta la saciedad en su monedero, para darme la cantidad (chatarra) exacta, y se marchó.
Ojalá todas las super-modelos fueran así, o -mejor- ojalá que la imagen que todos tuviésemos de ellas fuera ésa, la de unas chicas normales que comen hojaldritos con crema, como todos los mortales. Quizás así, se acabaría con la anorexia, la bulimia y chorradas de ésas, creo yo.
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