YA ESTÁN AQUÍ ....
Para empezar, el personal del hotel al que fuimos -un ofertón, por cierto- era alemán; resulta gracioso que no te entiendan cuando vas de vacaciones a tu propio país (¿otro efecto de la globalización?).
Pero no sólo el personal, el buffet era de nacionalidad compleja -veáse-; huevos fritos y salchichas para desayunar,o bien elegías un plump-cake, para comer una grumosa ensalada de patata típicamente alemana, y para cenar -lo único que se podía considerar una aportación hispánica- ¡mejillones en vinagreta!
Yo no es que sea facha, pero no por ello rehuyo de mi nacionalidad y, sobre todo, de mi cultura.
Después, con el estómago vacío -como podréis comprender- nos dirigimos a la playa, y ahí si que topamos con algo claramente español: la picaresca. Un tipo que les vende medio coco ... ¡a 3 euros! Y, encima, lo compran (Sin palabras). Lo mismo podemos decir del tío de las hamacas, las sombrillas y el del economato que les vende los botellones de sangría a precio de reserva.
Ellos nos devuelven esta hospitalidad latina bebiendo en nuestras playas como cosacos y dejando como recuerdo sus botellas, papeles, cáscaras de como, etc ... Un claro ejemplo de enriquecimiento de culturas, ¿no creéis?
Y dejo lo mejor para el final; la marcha nocturna. Sólo hay bares ingleses y alemanes, sólo para ingleses y alemanes ... cuando por fin encuentro uno patrio: el Bar Latino, ¡me cobran 4 euros por una cerveza!
Ya somos europeos, pero ¿a qué precio?
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jose jose -
jose