CORRER ES DE COBARDES

Ésa era mi frase favorita cuando el sádico del profesor de Gimnasia -sí, en mi tiempo se llamaba Gimnasia, ni Educación Física ni payasadas o circunloquios de ese tipo- se empeñaba en que hiciéramos el Test de Cooper.
El último año de colegio me lo pasé diciéndole al tipo ese que estaba "en mis días" de mujer (alguien tendría que haberle advertido que la menstruación no es para siempre) o corriendo al ritmo de las lentas hasta la última vuelta, donde hacía mi apoteósico sprint. Pero un día me dieron mi propia medicina y, de paso, me hirieron en mi orgullo. Me puso a correr con las buenas, con las rápidas, con las deportistas, etc y me dieron más vueltas que a una peonza.
A veces aprendemos así, por las malas. En realidad, recuerdo más a los malos profesores que a los buenos. Me explico: recuerdo a la I.... de literatura que me ponía 9,7 y no, 10, porque decía que tenía algún "fallito". Nunca encontré sus "fallitos", pero cada vez estudiaba con más ahínco... y odio. La profesora de historia que me llamó el "ángel caído" porque pasé de hacer el mejor examen a hacer uno "decentillo". El siguiente rayó la perfección .... ¡Chúpate ésa!
No nos engañemos, no siempre estudiamos para saber más, a veces estudiamos para demostrar algo, para vencer al enemigo, y en esto de la enseñanza-aprendizaje hay un factor emotivo muy importante. Prefiero no resultar -como en la vida- anodino: o me odias o me amas, pero no me digas que mi asignatura o yo te dan lo mismo, porque a mí nada me importa un pito.
2 comentarios
MPS -
Susana Montesinos -
http://www.periodicodelestudiante.net/noticia.asp?pkid=1825
http://www.periodicodelestudiante.net/noticia.asp?pkid=1769