EL DÍA QUE TODOS HUBIÉSEMOS QUERIDO BORRAR DE NUESTRA MENTE
BORRAR DE NUESTRA MENTE
Hace un año, a eso de las 8 a.m, yo estaba haciendo mis prácticas del carnet de conducir -era la segunda vez que suspendía (en algún comentario a mi primer artíacula se cuenta con más detalle y gracia) y era ya una situación deseperada- y el profe puso la radio. Fue como estar oyendo la "Guerra de lso mundos" de Orson Wells, pero en versión matanza: cada vez más muertos, más heridos, más bombas... y, no sé por qué, yo no me creía nada.
Es curioso como a veces nos preocupan las mayores chorradas; yo obsesionada por no volver a fastidiarla, mientras había gente despedazada. Al final terminó la clase, y no dijimos nada ... yo me fui a casa, y me pasó lo mismo que en Septiembre, me quedé pegada a la tele sin decir nada.
Creo que ese silencio es el mejor homenaje que puede hacérseles, los políticos deberían tener la boca cerrada, los curas las campanas "apagadas" y las televisiones las pantallas en blanco.
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