LA SENDA DE LOS ELEFANTES
En las películas de Tarzán -que "devoraba", televisivamente hablando, de pequeña- se explicaba que La senda de los elefantes es el camino que toman los mismos cuando saben que van a morir (también es la calle de marcha en Huesca y de tapas en Logroño.... Ahí va una pinceladita de mi cultura general). Es parecido a las ballenas que se dejan morir varadas en la playa.
Este año, de repente, me encontrado trabajando en la ciudad del viento, pero también inmersa en una senda de elefantes de esa de las que os hablo. Mis "compis" me miran asombrados y me dicen: "¡Qué joven eres!". Y yo respondo: ¡¡¡¡Pero si tengo treinta años!!! Y entonces descubro que me duplican la edad, que ven más cerca la jubilación que sus inicios, y que mis treinta años les parecen pocos, porque ellos hablan de lumbago, dolores de espalda, y demás.
Cuando estaba en los pueblos -tiempo y tiempo atrás, ja,ja,ja..- no era tan joven, he coincidido con bastante gente de mi edad, aunque es verdad que empecé antes que la mayoría. No tengo complejo de Peter Pan, aunque sí de Alicia, acepto el paso del tiempo, la madurez y sus estragos, pero quizás son mis pintas las que me hacen parecer más joven de lo que soy. No lo sé, lo cierto es que me gusta nadar a contracorriente, sólo que ahora pienso que la estampida de elefantes me puede arrollar.
4 comentarios
Redonna -
Enhorabuena por la ciudad pero, como ves, aunque los "elefantes" suelan ser muy buena gente, yo prefiero los madrugones y el viaje!
Mª Eugenia -
MPS -
lourdes villacampa -