PROFESANDO LA "profe"SIÓN
Últimamente he recibido tanto comentario adulador que, además de subirme a la parra, me veo en la obligación en primer lugar de dar las GRACIAS. GRACIAS a Analía, a Silvia, a Almudena, a Jeannette y a Maria Eugenia -¡qué juerga! Aún me queda mucho por enseñar de la noche zaragozana-. Gracias, pero no soy merecedora de tanta alabanza, si lo he hecho bien, es porque ha sido muy agradable trabajar con vosotras.
Tod@s tenemos un profesor/@ imborrable en nuestra memoria. En mi caso es la Señorita Delia, que no me enseñó nada importante en la vida, que ni siquiera acabó el curso, pero es ELLA. Cuando en un colegio femenino y de monjas, llega una profesora que no se llama ni Madre Milagros, ni Madre Paquita, ni Madre Piedad, eso ya es un punto a favor. Después, si es joven, te deja hacer obras de teatro en clase, cantar y tú tienes sólo ocho estúpidos años -3º de E.G.B, que no de la E.S.O, ¡eso sí que eran buenos tiempos!- esa profesora es la ... monda. Y para acabar con la leyenda mítica de la Señorita Delia en el Colegio Santa Rosa, se marchó un día, sin decir el por qué, sin acabar el curso, se fue... despertando toda una serie de bulos por el patio del cole.
Así que ningún profesor superó mis expectativas, de hecho la mayoría no me caían bien, pero yo sé que en el Olimpo de los profesores nos volveremos a ver... je,je,je.
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Mª Eugenia -
Mª Eugenia -