¡QUIÉN NOS DICE CUANDO SE ACABA EL CAMINO!
Esta es mi reflexión de la semana: a veces creemos que construimos algo, y en realidad destruimos todo lo que se encuentra a nuestro alrededor. A veces no hacemos el camino solos, lo hacemos al lado de alguien en quien confíamos, en quien nos apoyamos, y entonces él decide hacer el camino por su cuenta. Y, ahí estás tú, mirando como tu castillo de naipes (llámalo futuro) se desmorona, y lo peor de todo es que no te has dado cuenta de cuando las cosas empezaron a ir mal.
"Las cosas empezaron a ir mal" tiene gracia la frase. En realidad, las cosas no van ni bien ni mal. Las cosas siguen su marcha y las personas somos incapaces de darnos cuenta. "Lo que tenía que pasar ha pasado" o pasará o jamás tendrá lugar. Nada está claro. Lo único que no se aclara es tu cabeza. Y ése es el problema: tu cabeza. Bueno, tu cabeza y todo lo que no se pasó por ella.
Esta semana he recibido un montón de malas noticias. Perdón por mi ración de pesimismo semanal. AL final todo pasa, o se queda.
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