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María en el país de los mierdecillas

NUNCA DEJAMOS DE APRENDER

<center><strong>NUNCA DEJAMOS DE APRENDER</strong></center>

Nunca dejamos de aprender. Ésa es la mejor lección que les puedo dar a mis alumn@s, y que -a veces- la realidad me da a mí. El otro día -otro "capitulito" de tutoría- va una madre y me dice que su hijo no va a leerse mi lectura OBLIGATORIA porque en el mismo se invoca a los muertos, y ellos no quieren que lea sobre esos temas. No diré a que religión o secta pertenece, pero trataré de describir mi cara de sorpresa, de atónito, de boquerón de boca abierta, de "flipado"...

¡Madre mía! Hay gente que hila tan fino que la lía. ¿Y ahora qué? ¿Existe alguna lectura políticamente correcta para todo el mundo? ¿La literatura no es ficción y la vida no supera a la ficción, por ejemplo, con el ejemplo mismo? Y yo, con cara de besugo, y con el cerebro haciendo chispas, pensando: ¿dónde está la cámara oculta? No dejamos de aprender: que se lo digan a mi Ibiza, con la nueva raya que luce en la carrocería, porque otra vez olvidé la ley de impenetrabilidad de los cuerpos. Creo que hasta la muerte seguimos aprendiendo, o desaprendiendo lo aprendido, nunca sabemos lo que nos espera al girar la esquina y, cuando lo sabemos... ya nos hemos chocado con la farola.

Un día que no hayas amado o aprendido, es un día perdido.

2 comentarios

admin -

Yo tampoco. Una suerte que me enlaces. Gracias

vicen -

El otro día aprendí lo que era la Democracia.
Jugabámos a Mato. El objetivo: ponerse de acuerdo.
Un grupo desde el principio hasta el fin mantuvo las normas que había acordado.
El otro grupo las fue cambiando: una mandaba. Mientras cogió ella la pelota, se hizo según la cazase se lanzaba.
Cuando no le fue bien, decidió volver a votar y se votó "lanzar por turnos."
Eso es democracia: el que convence , vence.