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María en el país de los mierdecillas

SOY UN CARACOL ... LLEVO MI CASA A CUESTAS

<center><strong>SOY UN CARACOL ... LLEVO MI CASA A CUESTAS</strong></center>

Todos los lunes es lo mismo ... yo y mi maleta, mi maleta y yo (aquí la cortesía y el orden de pronombres no tiene cabida). LLevo mi casa a cuestas, mis recuerdos, mi mala leche, mi cabreo y ecétera. Tenías razón, "soy un caracol" porque me translado, emigro, me disuelvo, día tras día. He aprendido la importancia de la mátemática pura: a veces lo mínimo es lo máximo, y pesa menos, carajo.

Así que soy emigrante por donde quiera que voy (lo siento Bunbury, plagio) y no tengo ni residencia fija, ni apartamento en Torrevieja, ni perspectivas de salir de aquí. Aún así prefiero ser caracol a ser tortuga, prefiero la rapidez del momento, pensar que vuelvo a casa (por Navidad y cada in de semana) y te encuentro... La vida de caracol tiene cosas duras; lo de lleva la casa a cuestas y todo eso, pero al menos, no babeo.

2 comentarios

María -

Nunca lo había pensado.... Eso es lo bueno de tener un blog, siempre hay alguien a quien se le ocurren ideas más absurdas que a uno mismo ... Eso sí, prefiero ser caracol a ser babosa, si de baba se trata, claro.

Thalasos -

No hay nada como babear, caracol. Porque la baba nos lo hace todo más fácil.
¿Que no?
¡Anda ya!
Caracol. Pues eso.