Blogia
María en el país de los mierdecillas

DE SEMANA SANTA

<center><strong>DE SEMANA SANTA</strong></center> Estoy viviendo mi peculiar Semana Santa: una procesión interminable de visitas –concertadas previamente- que me llevarán al Calvario final de encontrar un piso bueno, bonito y ... ¿barato? para comprar en esta ciudad. Lo cierto es que hay mucho Judas Tadeo disfrazado por ahí de asesor inmobiliario, y –como sabéis- al final es Judas quien, por unas pocas miserables monedas de plata, vende a Cristo ... ¿un piso?

Entre las mortificaciones que me aplico estos días, quiero destacar dos: lo que llaman “baño y cocina reformada” y “edificio recientemente rehabilitado”. Ambas son espejismos peores que las tentaciones que se le aparecieron a Jesús en su estancia de cuarenta días en el desierto.

Por “cocina y baño reformado” se entiende que hemos cambiado quizás un grifo, o la pila del lavabo que estaba ya verde de óxido, y -¡lo mejor!- le pongo una mampara al baño... y reformado.

El “edificio recientemente rehabilitado” supone también un tema peliagudo: mano de pintura por aquí, limpieza por allá y las tuberías ... ¡ni tocarlas! Ya tiene su piso de 150 años, que a ojo de buen ciego, podría pasar perfectamente por uno de... 149.


Os dejo, porque continúa mi penar por las calles de esta ciudad ... por lo menos no voy disfrazada de cucurucho :P

1 comentario

Nicolás -

bienaventurados los que tienen dinero para hipotecarse el resto de su vida en un piso, porque de ellos es el reino de los cielos